Este tratamiento reconstructivo está enfocado en aquellas personas que están o estuvieron mucho tiempo inmovilizados o con una movilidad limitada, los cuales desarrollan lesiones por presión prolongada en las superficies cutáneas de soporte y/o apoyo (sacro, cadera, talones, etc.).
De acuerdo al grado de severidad y de las estructuras afectadas, éstas se dividen en 4 grados. El grado I y II pueden llegar a sanar mediante cuidados, cremas y parches especiales, sin embargo, los tipos III y IV requerirán una cirugía reconstructiva mediante colgajos loco-regionales para su curación.
Es indispensable que, independientemente del estado de salud de base y las comorbilidades que pudieran existir (paraplejia, diabetes, obesidad, hipertensión arterial, etc.), las condiciones del paciente sean lo suficientemente buenas para poder llevar a cabo un procedimiento reconstructivo con éxito.
En cada caso se individualizará el tratamiento, siendo necesaria, en la mayoría de los pacientes, la utilización de tejidos vecinos sanos para reconstruir el área afectada.
Este proceso dependerá en gran parte de los familiares o del personal que esté al cuidado del paciente en su domicilio, por lo que es de vital importancia que la familia se integre en este proceso, y lleve a cabo todas las indicaciones de su cirujano.