Aquellos niños (as) que por infortunio han nacido con alguna deformidad en los huesos del cráneo y/o de la cara; o bien, las personas que han sufrido un accidente de alto impacto que involucra fracturas de los huesos de la estructura cráneo-facial.
En el caso de las deformidades congénitas, la edad de la cirugía será determinada por diversos factores, siendo una recomendación general, la cirugía entre el 1º y 3º año para permitir un desarrollo adecuado.
En el caso de los traumatismos cráneo-faciales de alto impacto, la cirugía se realizará una vez se haya estabilizado el estado de salud del paciente.
Cada caso es diferente y se abordará de ésta manera, requiriendo en ocasiones, estudios de imagen tridimensionales y dispositivos de osteosíntesis (placas y tornillos de titanio) para llevar con éxito la cirugía.
Dependerá del tipo de cirugía, pero uno de los objetivos principales será siempre la recuperación de la función y de la armonía estética para que el paciente pueda desarrollarse como una persona normal y con el mínimo de secuelas.